Nota de Prensa
Segunda jornada XIV Congreso “Emociona. Comunicación y Educación”
Relación familia-escuela, redes y narrativas para una nueva comunicación
• Gustavo Entrala anima a descubrir los talentos de los alumnos
• El Equipo Transmedia de La Salle propone realizar narrativa transmedia en el aula
• Charo Sádaba, Leoncio Fernández, Alan Antich y Araceli Vendrell invitan a comunicar con conocimiento, profesionalidad y coherencia
• Nuria Pérez y Leo Farache descubren las claves para mejorar la comunicación familia-escuela
Escuelas Católicas (FERE-CECA y EyG) celebra desde ayer su XIV Congreso en el Palacio de Congresos de Oviedo bajo el lema: “Emociona. Comunicación y Educación” en el que participan más de 1.600 educadores. En su segunda jornada se ha hablado de la comunicación de la Santa Sede, de la narrativa transmedia en la escuela, de experiencias de comunicación en los centros y de las claves para mejor la comunicación en la relación familia-escuela.
El día comenzó con Gustavo Entrala, el publicista encargado de acompañar al Vaticano en el acceso a la era de la comunicación digital. En su intervención, que cerró el bloque de comunicación e Iglesia abierto ayer por la mañana, aseguró que el éxito del Papa Francisco como “comunicador creíble” en la era digital se debe a que “su plan se expresa con sencillez, sus gestos hablan por sí mismos y es persistente en repetir el mensaje”. Habló de derrochar entusiasmo y dedicación para cumplir sueños y de la necesidad de adaptar los canales de comunicación a tiempos y destinatarios. Incidió además en la idea de enseñar a los alumnos a ser “jóvenes cristianos en redes sociales” y a los docentes a iluminar “el camino de los alumnos para que desplieguen todos sus talentos”.
Transmedia en el aula
El segundo bloque de la mañana se centró en la tendencia comunicativa transmedia y sus narrativas. El doctor de comunicación Henry Jenkins, de la Universidad de California, y creador del término transmedia, explicó a través de una entrevista la génesis de esta evolución digital de comunicación y cómo se ha adaptado a las nuevas narrativas comunicativas donde destacan la viralidad del mensaje y su adaptabilidad a diferentes soportes.
A continuación el escenario recibió al equipo del Grado Transmedia de la Universidad de la Salle encabezados por Sergio García y Nuria Hernández, quienes trasladaron al auditorio las diferentes formas de introducir la narrativa transmedia dentro del aula (poesía, danza, videojuegos, redes sociales…) y utilizarla como un acicate emocional para el aprendizaje, porque “el colegio tiene oportunidad increíble de generar historias”.
Destacaron además en la importancia de conocer cómo son nuestros alumnos, los medios y tecnologías que utilizan, sus formas de ocio, porque en palabras de Sergio García, “la cultura de los jóvenes es líquida y corremos el riesgo de ahogarnos si no aprendemos a nadar”.
Comunicadores de una humanidad nueva
Bajo este título Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, animó a los más de 1.600 educadores reunidos en el Congreso a trabajar la comunicación en todos los ámbitos y, en concreto, en redes sociales siendo proactivos, con ilusión, formación y sin miedo a equivocarse, siguiendo tres principios: conocimiento del entorno, competencia profesional y coherencia. “Hay mucho que perder si no estamos, pero sobre todo tenemos mucho que ganar”, concluyó.
Posteriormente Sádaba moderó una mesa de debate con experiencias de personas que directamente gestionan la comunicación en un colegio, quienes aportaron claves para que ésta contribuya a la misión de los centros educativos católicos. Araceli Vendrell, directora de comunicación del Colegio Montserrat de Barcelona subrayó la importancia de la comunicación externa pero también de la interna, teniendo como principales aliados a los alumnos y padres, y contando con un equipo profesional al que se forme previamente.
Y si importante es la comunicación habitual en un centro, lo es más en situaciones de crisis. Así lo subrayó Leoncio Fernández, director del Colegio Santa María del Pilar de Madrid, quien explicó cómo una buena gestión de la crisis en su centro se convirtió en una oportunidad para reforzar su proyecto educativo. Dio cuatro claves para superar una crisis: tomar las decisiones en equipo, tener un solo interlocutor, ser coherentes con el proyecto educativo y tener humildad.
Por último, Alan Antich, responsable de comunicación del Colegio Virgen Inmaculada Santa Mª de la Victoria de Málaga ofreció a los asistentes argumentos para que los centros estén en redes sociales: por transparencia, para emocionar, para trabajar el sentido de pertenencia, para predicar con el ejemplo, para poner cara y nombre a las personas, para acompañar en los momentos difíciles, para mostrar nuestros valores, para tender puentes, entre otros.
Comunicación familia-escuela
La tarde puso el foco en el papel que juegan los padres dentro de los centros escolares. Para ello, el bloque principal fue introducido por la ponencia ‘Punto de encuentro’ de Nuria Pérez, directora creativa de Sparks and Rockets dedicada a fomentar la creatividad en niños y mayores y conocida además por ser la redactora del mensaje viral “Yo crecí respetando al profesor” que saltó a la fama en plena huelga de deberes y logró remover conciencias en la red.
Pérez apuntó que hay que acabar con el “ruido emocional” y empezar a trabajar la educación en valores como “antídoto contra la apatía”. En este sentido comentó que “no hay nada más potente en la educación de nuestros hijos que el trabajo colaborativo entre padres y profesores, un equipo bien compacto que navega junto”. A través de unos cuantos ejemplos fue tejiendo un discurso que concluyó con el que sería el perfecto objetivo del pacto entre padres y profesores: “cerrar el círculo”, concretamente que los chavales sientan que “la escuela es su familia”.
Durante su intervención, Leo Farache, director de Gestionando Hijos, presentó la última campaña para mejorar la relación familia-escuela puesta en marcha por la iniciativa Pacto por la Educación en Equipo de la que es promotor, y en la que padres y docentes se comprometen a trabajar juntos para lograr el éxito educativo. Para facilitar esta relación propuso a los asistentes cinco retos: formalizar un pacto que sea conocido por todos; aportar recursos a los profesores para mejorar la relación con las familias; desarrollar pactos para asuntos que preocupen (acoso escolar, nuevas tecnologías, cultivar talentos…); aprovechar a los padres “apóstoles” para lograr que su buena predisposición sea canalizada de forma inteligente; y hacer públicos los casos de éxito.