Caro Gustavo Entrala
«Experto en tender puentes» definición que debería constar en la tarjeta de presentación de Gustavo Entrala, ya sea en el campo musical, tecnológico, generacional, comunicativo e incluso espiritual.
Periodista de formación con alma de creativo. Un prematuro millenial procedente de la Generación X. Granadino de nacimiento y madrileño de adopción. Vio en Internet el futuro de la comunicación y empezó señalando el camino de la digitalización a cabeceras como Expansión o Marca. Apasionado por la música lanzó la agencia 101 junto a su socio, Carlos García-Hoz, centrándose en Internet y en particular en la creación de páginas webs de fans de Madonna, Bisbal, Alejandro Sanz o Miguel Bosé. Aprovechando el boom de las redes sociales atisbó una nueva oportunidad comunicativa y con ella la que sería una de sus grandes aventuras profesionales: introducir y acompañar al Vaticano y al Santo Padre en la era de la comunicación «digital».
El empeño de Entrala por ofrecer sus servicios de comunicación e imagen a la Iglesia aparecían cada vez que entraba en una iglesia y se daba de bruces con los carteles colgados, preguntándose a continuación: «¿Cuándo la Iglesia se divorció de la estética?». Así se fue gestando un sueño profesional que tenía como primera necesidad una «marcamorfosis» de la institución de la Iglesia, empezando por su cúpula, el Vaticano.
Federico Lombardi me llamó al teléfono móvil y me pidió que acudiera al Vaticano a impartir un taller de formación digital. Yo casí me caí de la silla.
La agencia 101 mandó una carta al Vaticano porque no encontraban un email oficial. En ese mensaje ofrecía sus servicios de estrategia de comunicación. Para su sorpresa, a los cuatro meses de enviar aquella carta, una noche llamaron a Gustavo al móvil y le invitaron a Roma a dar una capacitación de tres días a 25 personas del Vaticano que trabajan en las áreas de comunicación. Al poco tiempo les volvieron a convocar para crear el portal News.va. El gran reto de introducirlos en la red social Twitter vendría más adelante: «Durante 2011 y 2012 estuvimos convenciendo al Vaticano de abrir la cuenta del Papa», relata.
«Caro Gustavo» con este saludo comenzaba una nueva llamada en la que se daba el consentimiento de abrir la cuenta de Twitter del Santo Padre. @Pontifex es el nombre con el que se bautizó la cuenta personal y que permitió a la agencia alcanzar una proyección universal y hacer de este lanzamiento un hecho cultural. Un nombre de perfil para el Santo Padre muy estudiado «Pontifex» ya que el término se le adjudicaba al máximo jerarca de la Iglesia Católica como clara referencia al puente que construye entre Dios y los creyentes. De ahí su significado etimológico pontis (puente) y al que se le añadió el sufijo -ifice (hacedor, constructor).
Etimológicamente Pontifex significa pontis (puente) y al que se le añadió el sufijo -ifice (hacedor, constructor).
En su ponencia en el Congreso de Escuelas Católicas titulada «De Summus Pontifex a @pontifex«, Entrala también nos mostrará el papel de «puente» que cumple la comunicación dentro de la Iglesia y el sentido evangelizador que ha adoptado en plena revolución digital. Un testigo presencial de cómo Twitter entró en el Vaticano y cómo ha ido evolucionado esa comunicación a través de los dos únicos usuarios de @pontifex: Benedicto y Francisco.
Ante su infatigable interés por continuar tendiendo puentes queremos destacar su blog de comunicación y tendencias, Inspirinas y su último proyecto de radio «Cassetify«. Un canal de podcast en el que participa junto a su sobrina y donde ambos revelan su pasión por la música a la vez que radiografían a la generación millenial.